Los lunes, poesía

SEMANA 1: 19 al 23 de febrero de 2018

Sonatina

La princesa está triste… ¿Qué tendrá la princesa?

Los suspiros se escapan de su boca de fresa,

que ha perdido la risa, que ha perdido el color.

La princesa está pálida en su silla de oro,

está mudo el teclado de su clave sonoro,

y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

 

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.

Parlanchina, la dueña dice cosas banales,

y vestido de rojo piruetea el bufón.

La princesa no ríe, la princesa no siente;

la princesa persigue por el cielo de Oriente

la libélula vaga de una vaga ilusión.

 

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,

o en el que ha detenido su carroza argentina

para ver de sus ojos la dulzura de luz?

¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,

o en el que es soberano de los claros diamantes,

o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

 

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa

quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,

tener alas ligeras, bajo el cielo volar;

ir al sol por la escala luminosa de un rayo,

saludar a los lirios con los versos de mayo

o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

 

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,

ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,

ni los cisnes unánimes en el lago de azur.

Y están tristes las flores por la flor de la corte,

los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,

de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

 

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!

Está presa en sus oros, está presa en sus tules,

en la jaula de mármol del palacio real;

el palacio soberbio que vigilan los guardas,

que custodian cien negros con sus cien alabardas,

un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

 

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!

(La princesa está triste. La princesa está pálida.)

¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!

¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,

(La princesa está pálida. La princesa está triste.)

más brillante que el alba, más hermoso que abril!

 

-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;

en caballo, con alas, hacia acá se encamina,

en el cinto la espada y en la mano el azor,

el feliz caballero que te adora sin verte,

y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,

a encenderte los labios con un beso de amor».

Rubén Darío, Prosas profanas y otros poemas, 1896-1901

SEMANA 2: 26 de febrero al 2 de marzo de 2018

 

Lo fatal

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura porque esa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

 

Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror…

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

 

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

 

¡y no saber adónde vamos,

ni de dónde venimos!…

Rubén Darío, Cantos de vida y esperanza, 1905

 

SEMANA 3: 5 al 9 de marzo de 2018

Castilla

Tú me levantas, tierra de Castilla,

en la rugosa palma de tu mano,

al cielo que te enciende y te refresca,

al cielo, tu amo,

 

Tierra nervuda, enjuta, despejada,

madre de corazones y de brazos,

toma el presente en ti viejos colores

del noble antaño.

 

Con la pradera cóncava del cielo

lindan en torno tus desnudos campos,

tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro

y en ti santuario.

 

Es todo cima tu extensión redonda

y en ti me siento al cielo levantado,

aire de cumbre es el que se respira

aquí, en tus páramos.

 

¡Ara gigante, tierra castellana,

a ese tu aire soltaré mis cantos,

si te son dignos bajarán al mundo

desde lo alto!

Miguel de Unamuno, Poesías, 1907

SEMANA 4: 12 al 16 de marzo de 2018

La oración del ateo

Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,

y en tu nada recoge estas mis quejas,

Tú que a los pobres hombres nunca dejas

sin consuelo de engaño. No resistes

 

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.

Cuando Tú de mi mente más te alejas,

más recuerdo las plácidas consejas

con que mi ama endulzóme noches tristes.

 

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande

que no eres sino Idea; es muy angosta

la realidad por mucho que se expande

 

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,

Dios no existente, pues si Tú existieras

existiría yo también de veras.

Miguel de Unamuno, Rosario de sonetos líricos, 1911

 

SEMANA 5: 19 al 24 de marzo de 2018

Castilla

El ciego sol se estrella

en las duras aristas de las armas,

llaga de luz los petos[1] y espaldares[2]

y flamea[3] en las puntas de las lanzas.

 

El ciego sol, la sed y la fatiga.

Por la terrible estepa castellana,

al destierro, con doce de los suyos

—polvo, sudor y hierro—, el Cid cabalga.

 

Cerrado está el mesón a piedra y lodo[4].

Nadie responde. Al pomo[5] de la espada

y al cuento[6] de las picas[7], el postigo[8]

va a ceder… ¡Quema el sol, el aire abrasa!

 

A los terribles golpes

de eco ronco, una voz pura, de plata

y de cristal, responde… Hay una niña

muy débil y muy blanca

en el umbral. Es toda

ojos azules; y en los ojos, lágrimas.

Oro pálido nimba[9]

su carita curiosa y asustada.

 

—Buen Cid, pasad[10]… El rey nos dará muerte,

arruinará la casa

y sembrará de sal el pobre campo

que mi padre trabaja…

Idos. El cielo os colme de venturas…

En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada[11].

 

Calla la niña y llora sin gemido…

Un sollozo infantil cruza la escuadra

de feroces guerreros,

y una voz inflexible grita: —¡En marcha!»

 

El ciego sol, la sed y la fatiga.

Por la terrible estepa castellana,

al destierro, con doce de los suyos

-polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.

Manuel Machado, Alma, 1900

 

 

 

[1] peto: pieza de la armadura que defiende el pecho. Junto con el espaldar forma la coraza.

[2] espaldar: pieza de la armadura que defiende la espalda.

[3] flamea: forma llamas.

[4] a piedra y lodo: a cal y canto, cerrado completamente.

[5] pomo: parte superior de la empuñadura de una espada.

[6] cuento: contera, refuerzo de metal en el extremo inferior de la pica.

[7] pica: lanza larga.

[8] postigo: puerta pequeña abierta en otra más grande.

[9] nimba: rodea de luz.

[10] pasad: pasad de largo.

[11] Cita modernizada del v. 47 del Poema de Mio Cid:  “Cid, en el nuestro mal, vos non ganades nada”.

 

SEMANA 6: 2 al 6 de abril de 2018

Yo voy soñando caminos…

Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos,

las polvorientas encinas!…

¿Adónde el camino irá?

Yo voy cantando, viajero

a lo largo del sendero…

-la tarde cayendo está-.

«En el corazón tenía

«la espina de una pasión;

«logré arrancármela un día:

«ya no siento el corazón».

 

Y todo el campo un momento

se queda, mudo y sombrío,

meditando. Suena el viento

en los álamos del río.

 

La tarde más se oscurece;

y el camino que serpea

y débilmente blanquea

se enturbia y desaparece.

 

Mi cantar vuelve a plañir:

«Aguda espina dorada,

«quién te pudiera sentir

«en el corazón clavada».

Antonio Machado, Soledades. Galerías. Otros poemas, 1907

 

SEMANA 7: 9 al 16 de abril de 2018

Campos de Soria VII

¡Colinas plateadas,

grises alcores, cárdenas roquedas

por donde traza el Duero

su curva de ballesta

en torno a Soria, obscuros encinares,

ariscos pedregales, calvas sierras,

caminos blancos y álamos del río,

tardes de Soria, mística y guerrera,

hoy siento por vosotros, en el fondo

del corazón, tristeza,

tristeza que es amor! ¡Campos de Soria

donde parece que las rocas sueñan,

conmigo vais! ¡Colinas plateadas,

grises alcores, cárdenas roquedas!…

Antonio Machado, Campos de Castilla, 1912

 

SEMANA 8: 16 al 20 de abril de 2018

A un olmo seco

Al olmo viejo, hendido por el rayo

y en su mitad podrido,

con las lluvias de abril y el sol de mayo

algunas hojas verdes le han salido.

 

¡El olmo centenario en la colina

que lame el Duero! Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento.

 

No será, cual los álamos cantores

que guardan el camino y la ribera,

habitado de pardos ruiseñores.

 

Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él, y en sus entrañas

urden sus telas grises las arañas.

 

Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;

antes que rojo en el hogar, mañana,

ardas de alguna mísera caseta,

al borde de un camino;

antes que te descuaje un torbellino

y tronche el soplo de las sierras blancas;

antes que el río hasta la mar te empuje

por valles y barrancas,

olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.

Antonio Machado, Campos de Castilla, 1912

 

SEMANA 9: 23 al 27 de abril de 2018

Vino, primero, pura…

Vino, primero, pura,

vestida de inocencia.

Y la amé como un niño.

 

Luego se fue vistiendo

de no sé qué ropajes.

Y la fui odiando, sin saberlo.

 

Llegó a ser una reina,

fastuosa de tesoros…

¡Qué iracundia de yel y sin sentido!

 

…Mas se fue desnudando.

Y yo le sonreía.

 

Se quedó con la túnica

de su inocencia antigua.

Creí de nuevo en ella.

 

Y se quitó la túnica,

y apareció desnuda toda…

¡Oh pasión de mi vida, poesía

desnuda, mía para siempre!

Juan Ramón Jiménez, Eternidades, 1918

 

SEMANA 10: 2 al 4 de mayo de 2018

El viaje definitivo

… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

 

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando,

las campanas del campanario.

 

Se morirán aquellos que me amaron;

y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,

mi espíritu errará nostáljico…

 

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando.

Juan Ramón Jiménez, Poemas agrestes, 1910-1911

 

SEMANA 11: 7 al 11 de mayo de 2018

Para vivir no quiero…

 

Para vivir no quiero

islas, palacios, torres.

¡Qué alegría más alta:

vivir en los pronombres!

 

Quítate ya los trajes,

las señas, los retratos;

yo no te quiero así,

disfrazada de otra,

hija siempre de algo.

Te quiero pura, libre,

irreductible: tú.

Sé que cuando te llame

entre todas las gentes

del mundo,

sólo tú serás tú.

Y cuando me preguntes

quién es el que te llama,

el que te quiere suya,

enterraré los nombres,

los rótulos, la historia.

Iré rompiendo todo

lo que encima me echaron

desde antes de nacer.

Y vuelto ya al anónimo

eterno del desnudo,

de la piedra, del mundo,

te diré:

«Yo te quiero, soy yo».

Pedro Salinas, La voz a ti debida, 1933

 

SEMANA 12: 14 al 18 de mayo de 2018

Canción del jinete

Córdoba.

Lejana y sola.

 

Jaca negra, luna grande,

y aceitunas en mi alforja.

Aunque sepa los caminos

yo nunca llegaré a Córdoba.

 

Por el llano, por el viento,

jaca negra, luna roja.

La muerte me está mirando

desde las torres de Córdoba.

 

¡Ay qué camino tan largo!

¡Ay mi jaca valerosa!

¡Ay que la muerte me espera,

antes de llegar a Córdoba!

 

Córdoba.

Lejana y sola.

Federico García Lorca, Canciones, 1927

Un comentario en «Los lunes, poesía»

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